La situación de confinamiento está afectando a los adultos, pero también a los menores. Aunque al principio se hayan mostrado felices de tener todo el día a su lado a "mamá" y a "papá", el confinamiento supone un cambio extraordinario en sus vidas, en sus rutinas y en sus relaciones -familiares, compañeros de clase..-, cambios que pueden producir respuestas emocionales y conductuales muy diversas:
"Aburrimiento, Agobio, Irritabilidad, Tristeza, Miedo"
Cuando son muy pequeños expresan estos estados emocionales mediante su comportamiento o su lenguaje no verbal, mostrándose más inquietos o más pasivos de lo normal, con gritos, llantos, dificultades para dormir, pesadillas, alteraciones del apetito, etc. Será a partir de los 8 años cuando la expresión emocional será mayor, más evidente y más verbalizada.
Es importante que estemos atentos a las expresiones emocionales de nuestros hijos e hijas, más aún en esta experiencia de salir a la calle después de tantos días. Tras la hora de paseo, en la vuelta a casa, puede que observemos en ellos tranquilidad, habrán gastado mucha energía y se sentirán cansados. Sin embargo, podrían reaccionar con enfado, quejándose o llorando. Lo esencial es que no perdamos la calma, que no nos enfademos y que les ayudemos a manejar emociones, utilizando frases como:
"Te entiendo"..., "Es normal que te sientas así..", "Toda pasará..."
Ser conscientes de que son circunstancias especiales, que no van a volver a las mismas calles, con la anterior actividad social, ni van a poder actuar con la misma libertad, jugando con otros niños, o dejándose llevar por su natural curiosidad e impulsividad.
Por tanto, desde el Departamento de Orientación facilitamos las siguientes RECOMENDACIONES en la salida de los niños a la calle:
- No les obligues a salir, pero busca la forma de motivarles
- No es el momento de escucharles, mostrarles apoyo y comprensión, de darles seguridad y confianza.
- Facilita que se diviertan, haciéndoles que dirijan su atención al juego, y cambia de actividad si no consiguen estar cómodos y distraídos.
- Fomenta actividades físicas activas (correr, bici, patinete...)
- Cálmales si sienten temor. Que sientan que está todo controlado.
- Facilita la comunicación a distancia con los niños y niñas que se encuentren.
- Avísales 10 minutos antes de la hora de regresar a casa para que se hagan la idea.
- Hazles fácil y divertido el momento de limpieza y lavado al entrar a casa
- Valora y refuerza lo divertido y bueno que ha tenido la salida.
- Si se "portan mal" no les digas que no salen otro día. Háblalo con ellos y diles lo que no te ha gustado y por qué.
La actual situación que estamos viviendo puede ser asumida como una OPORTUNIDAD para potenciar nuestros lazos afectivos y la comunicación en la familia.
Por tanto, ésta puede ser una vivencia que los niños y niñas recordarán el resto de sus días con alegría y amor, y de la que obtendrán aprendizajes emocionales muy importantes para sus vidas.
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